Muchas veces somos incapaces de desligarnos de relaciones y situaciones ya caducas. Apegarse a una relación vencida es como pretender operar a un muerto. La principal recomendación es que cuando quieres romper te distancies de la persona, si no lo haces tus hormonas se encargarán de impedírtelo, si la hueles, si la escuchas, si sabes dónde está vas por mal camino. A la vez tus sentimientos y recuerdos sumados a la presión social contribuirán a la permanencia.
Cerrar un ciclo no es fácil, corresponde encarar nuestros propios fantasmas. Hace falta reconocer cómo nos cambió lo vivido, rescatar lo positivo, ser comprensivos con las fallas y apreciar la dignidad de cada quien. Aprender y avanzar o quedarnos con rabia o lamentos son decisiones.
Un buen cierre está ligado al agradecimiento. Un mal cierre está vinculado al resentimiento. Y lo que no se cierra adecuadamente se vuelve recurrente (tiende a repetirse de variadas formas), así continuamos girando sobre lo mismo, llenándonos de cólera por sentirnos estancados, imposibilitados de rearmar nuestra vida.
Ejercicio post separación.
Hay técnicas que nos pueden ayudar a cerrar un ciclo relacional, ésta es una de ellas.
Escribe lo que piensas y sientes acerca de esa relación. Drena tus emociones, tus necesidades no resueltas, déjate fluir. Recuerda que no todo en la vida tiene explicación.
Concluye agradeciendo esa relación, como haya sido.
Guarda esa carta y léela luego de una semana o más, tiempo el que no hayas visto ni hablado con esa persona. Cuando esto haya cuajado en tu corazón quema tu escrito buscando que el fuego transmute esa energía.
Ten compasión contigo, lo cual no es lo mismo a autocompadecerse. Recuerda: el amor es la base de cualquier relación evolutiva.