Ubícate en un lugar tranquilo. Estando de pie, cierra tus ojos y respira profundo. Imagina que tu madre se ubica detrás de ti. Lentamente gira hacia ella. Dile estas frases de sanación, procurando pronunciarlas desde tu corazón:
Querida mamá
Honro tu vida y tu destino.
Te agradezco inmensamente por la vida que me diste.
Por favor, dame tu apoyo para hacer mi propio camino.
Quiero hacer con mi vida algo hermoso, a mi manera, que no es ni mejor, ni peor que la tuya.
Siempre estaremos juntos.
Baja tu cabeza y luego gira de nuevo hacia tu posición inicial.
Levanta tu cabeza y siente el apoyo de tu madre detrás de ti.
Deja asentar las sensaciones.
Cuando lo sientas, haz este mismo ejercicio con tu padre.