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Agradecer a quienes nos invitaron a vivir

Siempre es un buen momento para agradecer a las personas que nos dieron tanto, que viven en nuestro corazón. Nuestras relaciones tienen algo de similitud con las máquinas: si no las lubricamos, rechinan y se atascan. Por eso, es importante apreciar nuestros vínculos primarios.


Dale las gracias a quienes te invitaron a vivir. Como Constelador Familiar escucho muchísimos casos de personas que me argumentan de las mil y un maneras por qué no sienten gratitud hacia sus padres. Aclaro que el agradecimiento puede nacer del ejemplo que nos han dado nuestros progenitores, aunque este haya sido distinto al que nos hubiese gustado.


Sólo amando la nobleza de lo que no pudo ser, y apreciando la hermosa dignidad de lo que fue, podemos crecer con dignidad y amor.


Las relaciones con nuestros padres nos marcan por siempre. Hayan sido como hayan sido, podemos aprender a amarlos como son. Esto más que beneficiarlos a ellos, será bueno para nosotros mismos. Este es un trabajo interminable, porque siempre surgen cosas nuevas. 


Por algo nos tocaron los padres que nos tocaron: ellos son los correctos para cada uno de nosotros. Ellos son nuestros primeros maestros en el camino de crecimiento, el cual transitaremos con mayor temple si les agradecemos por la vida que nos dieron: el mayor de los regalos.


Así también podemos agradecer al resto de nuestros maestros en la vida: abuelos, tíos, hermanos, hijos, familiares, amigos, incluso a las personas que han preferido distanciarse de nosotros. Todos nos han enseñado, queda de nuestra parte captar la lección.


Te deseo la mayor alabanza, gratitud, amor y compasión posibles para tu Madre y para tu Padre.

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