No cabe duda de que ser madre o padre (con o sin pareja) es intenso, en el que hay que balancear las necesidades propias con el cuidado de los niños, del hogar, la profesión, los ingresos…
Probablemente, la madre o padre separados necesitarán apoyo de su familia, amistades, grupos de asistencia, colegio, iglesia… Además, posiblemente encontrarán una nueva pareja que probablemente tenga hijos también. Por todo esto, es conveniente reconocer la importancia de los principios de Orden y Jerarquía que promulgan las Constelaciones Familiares.
– Si la madre o el padre se involucran en una nueva relación amorosa, es básico que no pretendan sustituir al padre o a la madre de sus hijos. Es necesario reconocer e incluso privilegiar el lugar auténtico de cada persona.
– Ni las madres ni los padres deben menospreciar al otro progenitor, aunque sientan con fuerza el impulso de hacerlo. Deben saber que su(s) hijo(s) se afectarán negativamente si perciben que se desprecia a su padre o madre.
– Es esencial establecer que los hijos no tienen responsabilidad de lo ocurrido entre los adultos. Su posición es ser pequeños, y los pequeños no deben inmiscuirse en los asuntos de los grandes.
– La comunicación amorosa de los padres, familiares, maestros… con los hijos les ayudará a comprender su situación. Eso sí, las palabras no bastan para incentivarlos a que sean felices, las acciones tienen mucho más poder, y una acción importante es estar allí.
La crianza es una tarea compleja y a la vez altamente gratificante. Es un reto que surge a raíz de un milagro.
