La relación que tenemos con nuestros padres influye en nuestra vida entera de maneras de las que somos conscientes, pero también en muchos aspectos inconscientes, por ejemplo, a la hora de elegir a la persona de la que nos enamoramos, trabajo, amigos, y tanto más.
Las Constelaciones Familiares nos llaman a reconocer la calidad de nuestros vínculos primarios, con el objetivo de sanarlos, para vivir mejor.
Los casos típicos de vínculos conflictivos de hijos con sus padres son:
- Querer complacerlos a como dé lugar. Ej. “Abandoné la música porque mis padres querían que yo fuese médico. Ahora soy un artista frustrado”.
- Perseguir lo opuesto de lo que ellos quieren. Ej. “A mis padres lo que les gusta es reunirse a comer chuletas, por eso me hice vegetariano”.
- Buscar la mayor separación posible, desconectarse de ellos, por asuntos que se consideran irreconciliables. Ej. “Le dije que él ya no era mi papá y no lo he vuelto a ver”.
- Creer que sólo cuando ellos cambien podremos ser felices. No aceptarlos tal cual como son. Ej. “Mi mamá tiene que dejar de estar rezando porque de nada le sirve”.
Si uno o varios de estos casos nos identifica, nunca es tarde para ponernos en marcha tras la meta de mejorar la relación que tenemos con nuestros padres, recordemos que esto repercutirá positivamente en todos los ámbitos de nuestra vida.
Te propongo un ejercicio puede ayudarte en esa labor, por ello te recomiendo que lo hagas más de una vez.
Visualiza a tus padres frente a ti. Procura observarles como seres más grandes que tú e imagina detrás de ellos la fuente de la vida (de donde viene todo).
Diles desde lo más profundo de tu corazón:
Mamá, Papá, los quiero tal como son. Tú eres mi madre y yo soy tu hijo, y tú eres mi padre y yo soy tu hijo, esto es lo único y verdadero.
Les agradezco por todo lo que me han dado, es mucho y me basta.
Me comprometo a honrarlos responsabilizándome al máximo por mi vida.
Una vez más: Gracias.
