El principio de la Pertenencia de las Constelaciones Familiares determina que las ausencias importantes en nuestra vida deben ser atendidas.
Todos merecemos nuestro espacio, todos merecemos que se nos preste atención, por lo que es esencial reconocer el valor que tuvo en nuestra vida el alma que partió y que respetemos su lugar en nuestro corazón.
En los sistemas sociales lo que es considerado secreto, o lo que es menospreciado, tiende a relucir luego de infinitas maneras. Los enredos sistémicos se reflejan tarde o temprano.
Pongamos el ejemplo de los casos de aborto en los que no se elabora el duelo amorosamente, esto genera muchas veces la separación de la pareja, ya que la responsabilidad del aborto es asumida como culpa, que permanece latente en el inconsciente, e impide el cierre del ciclo.
A veces la pareja luego de un aborto busca un embarazo casi inmediato. Incluso, muchos padres con un hijo fallecido anhelan mantenerlo vivo de alguna manera, por ello le dan el nombre del hijo que murió al nuevo hijo, lo que conlleva al no reconocimiento de cada uno como único e insustituible.
¿Cómo subsanar la sensación de pérdida?
Un ejercicio que contribuye a subsanar estas pérdidas es imaginar que sostenemos una comunicación con el hijo fallecido, y así le transmitimos los sentimientos aprisionados, las razones de su pérdida, y todo lo que necesitemos.
Elaborar un duelo es algo muy particular. Adéntrate en el proceso para que puedas seguir tu vida de forma más consciente y feliz.
